Si la intolerancia, la ignorancia y el fanatismo se mezclaran en una olla sopera, y se calentaran a fuego lento, indudablemente que obtendríamos un caldo irracional de violencia y maldad. Y eso es lo que parece estar sucediendo frente a nuestras narices en nuestro mundo occidental.
Estamos convirtiendo al "Islamismo" en sinónimo de "terrorismo"; a los "Evangélicos" en sinónimo de "fanáticos molestos", a los "Santeros" en "brujos demoniacos"; y a todos aquellos que no profesan nuestra religión "estándar", en "ateos despreciables".
El hecho de que una religión sea reconocida como religión estatal, oficial o tradicional, o que sus adeptos representen a la mayoría o a los más "poderosos", no debe constituir un peligro para la libre determinación de culto del resto de la población.
Si a ese caldo le ponemos otro ingrediente: como el racismo... entonces sí que "torció la puerca el rabo"!!!. Sucede que a la Santería la ligan con "negritos que practican brujería", no hay nada más ignorante y racista que esta afirmación.
La Santería es una religión afro-caribeña que practican en la actualidad tanto negros como blancos en América y Europa; su origen obedece a un "sincretismo religiosos" (conciliación de doctrinas diferentes) debido a la "imposición histórica" practicada por la religión católica romana, en el siglo XIX, contra un grupo de hombres que fueron arrancados de su patria, de su tierra, de sus hogares y de sus familias para ser llevados a Cuba, y ser convertidos en esclavos para trabajar en las minas y plantaciones de caña de azúcar. Se les obligó a practicar la religión católica cuando ni siquiera entendían el español.
La mayoría de estos esclavos pertenecían a la tribu Yoruba que habitaba las riveras del río Níger en lo que es hoy Nigeria. A estos hombres se les castigaba despiadadamente si no aceptaban ser bautizados y convertidos a la religión católica; ellos llevaban sus costumbres, tradiciones, comidas, creencias y religión como es natural y lógico con cualquier civilización; aún cuando ésta provenga de Africa. (esta última aclaración no es necesaria para la mayoría de ustedes, pero sé que otros sí la necesitan).
Cansados de tanto castigo y tortura se ingenian y encubren su religión asimilando sus deidades "Orishas" con los santos del catolicismo; así, "Shangó" guerrero y dios de la fuerza, se convierte en Santa Bárbara, "Babaluaye" se convierte en San Lázaro y así muchos más. Esta asimilación no fue aleatoria, tomaron en cuenta algunas características de la personalidad o aspecto de la vida de los "Orishas" y las asimilaron a los santos católicos que compartieran particularidades similares. Son entonces, manifestaciones religiosas diferentes, de la misma identidad espiritual. Hubo un Sincretismo Religioso.
Se saludaban en su idioma con la expresión "Oluku mi" que significaba "mi amigo", de ahí el nombre de su religión: "Lucumi", "Regla de Ocha" o "Santería" como se le conoce más comúnmente. No tiene nada de oculto, diabólico o sobrenatural; no más de lo que las personas ignorantes, intolerantes, racistas y fanáticas le otorguen. Es una religión producto del desarraigo de un pueblo esclavizado y torturado por una religión que se hace llamar piadosa y comprensiva; con un pasado lleno de Guerras Santas, Inquisiciones, Golpes de estado y escándalos impensables que no tienen nada que ver con Dios.
De acuerdo a la religión Lucimi, los "Orishas" no son inmortales, por eso necesitan de algunas plantas combinadas con sangre producto del "sacrificio" de algunos animales preferidos por la deidad. Estos "sacrificios religiosos" no son diferentes a los sacrificios que en un "Domingo de Toros", en una "Pelea de Gallos" o en una "Cacería de Patos"; hacemos nosotros los cultos y católicos occidentales, en nombre de la diversión.
En un mundo cada vez más intolerante necesitamos fortalecer la Educación Laica, que supone la neutralidad de las escuelas en relación con los cultos religiosos, fortaleciendo la libertad de opinión y la libertad de culto. Dejando así, la educación religiosa al ámbito familiar y a las iglesias respectivas. Con esto separaremos la "cultura humana" de toda concepción religiosa. Que lo que hace es tergiversar el legado cultural de pueblos y civilizaciones que enriquecen nuestra raza.