viernes, 8 de junio de 2012

Una Falla Imperdonable, pero Reparable

Cuando se es joven creemos saberlo todo, que la vida marcha muy lento para la velocidad que llevamos; comemos y bebemos como si fuéramos a morir mañana; creemos que podemos “dar la misa mientras camin...amos la procesión”; en síntesis, nos creemos la “mamá de tarzán”.

Pero la vida pasa factura, y antes de darnos cuenta estamos sufriendo del azúcar, de la presión, mareos, dolor de cabeza, piernas, brazos y espalda, y como si fuera poco… se nos inflama la próstata. Qué ca-ga-da!!!.

…Y todos estos problemas coinciden con la HEROICA época de ser padre de hijos universitarios, en preparatoria , y aunque no lo crean, hasta de niños en maternal!!!. Ahora entienden por qué subrayé la palabra: “heroica” ? Esto, señores, es toda una hazaña. Créanme lo que les digo.

Pero, es extraño… me gusta este sacrificio, me llena. Es indescriptible la satisfacción que se siente ser padre. Es como cuando se nos incha un dedo y entre llanto, lamentos y lágrimas de dolor se nos escapan risas que parecen ser de alegría por el dolor, extraño no? más o menos así me siento. Es un dolor que agrada.

Ahora imaginen tener que llevar esta tarea de cuidar, mantener y educar hijos y sumarle la de tener que soportar un viejo mañoso como yo…Esa señores es una tarea más que heroica…SUBLIME!!!. Esto lo hace todos los días y sin quejarse alguien que no conoce el descanso de fin de semana y de quien sólo nos acordamos el día de la madre y en el día de su cumpleaños (?), y lo que es peor, dándole un regalo para la casa… le regalamos una licuadora.

Esta imperdonable injusticia que cometemos tanto hijos como padres, estamos obligados a corregir desde hoy…Yo lo haré... Dios te bendiga por siempre esposa mía!!!.

Ver: En Faceboook: Cavilaciones y Concurencias

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